Tras unos meses de estress ayer retomé el contacto con la bici de montaña en uno de los lugares que más me gustan cerca de casa: el Campo de Montiel en el entorno del pantano de Peñarroya. Aunque conozco bien la zona, recurrí a mi colega José María, que se la conoce como la palma de su mano, para descubrir y dejarme llevar por zonas nuevas. Luis, que hace meses si no años, no coincido con él, y Daniel, fuimos los que salimos
Y así fue, me pasó un track que seguimos casi al 100%, y efectivamente, encontramos zonas nuevas por donde nunca había pasado antes. Senderos pedregosos, subidas intensas, rodeados de monte bajo, olores otoñales y alguna zona de pinares..Una mañana de recarga de ganas de bici, de diversión, y de polémica, ya que un guarda forestal privado nos paró al paso de unos de los caminos, para decirnos, muy amablemente y dialogantemente eso sí, que el campo es de los terratenientes, y que los ciclistas, senderistas, amantes de la naturaleza sin agresión, no somos bienvenidos por estos. Aunque estos no aparezcan en meses por las fincas y cuando lo hagan sea para matar, de manera lícita por supuesto.
Salvando ese momento, el calor, el sol, el paisaje..todo fue estupendo. Desde Ruidera volvimos al Castillo de Peñarroya por el camino del pantano, siempre con las variaciones necesarias para romper con la monotonía.
Agradecer a José Ramón Abad, gerente de UVED sus entrenamientos y consejos
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